EL RIVAL: GODOY CRUZ

Ya no es sorpresa. Hace tiempo dejo de serlo. Pese a la última derrota frente a San Lorenzo, el Tomba se ha convertido en uno de los equipos más regulares del fútbol argentino. Partiendo de una dirigencia seria y trabajadora, sin hacer “locuras” a la hora de contratar futbolistas, y expresándose en la cancha con un estilo de juego muy particular, comenzado por Diego Cocca hace un par de años, que luego prosiguió con Omar Asad, y ahora recalando en Da Silva, los mendocinos lograron hacerse un lugar en el fútbol grande. Si hasta, merced de las penosas campañas de los equipos denominados “grandes”, se metió ni más ni menos que en la Copa Libertadores.

Es cierto que Godoy Cruz no es invencible (salvo el Barcelona, ningún equipo en la actualidad lo es), pero sí un rival de sumo cuidado. A pesar de la partida de David Ramírez, su as de espadas en las últimas temporadas, sigue contando con muy buenos jugadores. Futbolistas no tan reconocidos, aunque de un andar parejo y eficaz.

Eficacia en el sentido de que el Tomba puede no crear muchas situaciones de riesgo por partido, pero al mismo tiempo, cuando llega… lastima. Lo sufrió el Boca de Falcioni, por ejemplo, en la apertura del torneo. Un equipo sólido, que aprovechó al máximo el vertiginoso e incansable juego por las bandas de Villar y Carlos Sánchez, quienes abastecieron al goleador, Rubén Ramírez. También posee un juego aéreo poderoso, a través de Facciol, Sigali y Nicolás Sánchez (justamente el ex River, por la vía de la azotea, le dio el triunfo ante Liga de Quito en el debut en la Libertadores). Y ni hablar del criterioso aporte desde el centro de Olmedo, un “5” completo, que no podrá estar por acumulación de tarjetas, y Rojas, un talento en ascenso.

Ahora bien, Godoy Cruz tiene una falencia que le puede pasar factura a lo largo del semestre: tiene un plantel corto para afrontar dos competencias. Por eso, y teniendo en cuenta que, con el de Olimpo, sumará 4 partidos en menos de 2 semanas, y que en la venidera juega con Peñarol por la copa, el equipo que saldrá a la cancha el viernes en el Carminatti es una incógnita. A último momento, y ya sabiendo la evolución física de sus jugadores, Jorge Da Silva determinará el 11 inicial ante el aurinegro, aunque todo indica que el entrenador uruguayo utilizará un “mix”. En definitiva, un escollo difícil para el bahiense, en su camino por permanecer en la elite.

Nicolás Fernández para Magazine Aurinegro